Para los amantes de los viajes, vivir la experiencia de estar en una casa rodante recorriendo paisajes increíbles es un “must” en la lista de sueños. En cuanto supe de @lemonroadtrip no pude evitar reservar.
El viaje arrancó en Las Vegas, Nevada. Lo primero que hizo Elkin, el líder del viaje fue presentarnos porque íbamos a estar seis días, cinco desconocidos viajando. Hicimos clic de inmediato y nos dividimos las tareas: cocinar, lavar los platos, barrer, organizar la casa rodante, mantener las camas tenidas, manejar, etc. Después de haber vivido la experiencia, siento que esto es lo más importante: la convivencia y todo lo que se vive en el día a día en la casa rodante.
Salimos de las Vegas hacia Sedona, un camino de casi cuatro horas. Esa ciudad pequeña es conocida como un gran “vortex” energético, te ofrecen en cada esquina cuarzos, leída de tarot, de la mano, del futuro, etc. Hicimos una caminata sabrosa por el pueblo y justo después del atardecer llegamos al campamento donde pasaríamos la primera noche.
El parche es super cool. Hay muchos tipos de casas rodantes, ves a las personas jugando cartas, haciendo asados o dejando todo listo para la aventura del día siguiente. Los baños de los campamentos son amplios y limpios, siempre debes ingresar con una contraseña que te dan a la entrada. Todos cuentan con wifi así que si tienes una reunión virtual o algún compromiso con internet lo puedes hacer sin problema. Cuando nos instalamos cocinamos juntos la cena y dejamos todo listo para salir madrugamos al día siguiente a una caminata a un puente muy famoso a las afueras de Sedona.
La caminata es nivel bajo y tiene una duración de 40 minutos. La meta es llegar a un puente colgante de piedra increíble donde podrás tomar fotos y videos. Es super importante que arranquen temprano para que no los tome el sol fuerte y la fila larguísima para la foto.
Cuando llegamos de la caminata hicimos desayuno: pan y huevitos revueltos con cebolla y tomate ¡No te preocupes por la comida! Vas a comer delicioso y abundante. La casa rodante viene equipada con ollas, platos, una estufa para que puedas hacer lo que quieras para tus comidas. Es importante ser practico, pero igual vas a comer delicioso.
Luego del desayuno, dos horas manejando hasta el famosísimo Gran Cañón. El valor que pagué para el tour incluía todas las entradas a los parques así que no debes pagar extra. Ahí estuvimos un par de horas recorriendo los puntos donde se logra ver la inmensidad del cañón e hicimos una pequeña caminata hasta una gran roca para sacar unas fotos increíbles. Este lugar es alucinante, aprovéchalo al máximo cuando estés ahí.
Hay una opción de quedarse a dormir en el Gran Cañón que es muy cool pues cuando no hay luna llena se ve un cielo estrellado increíble, hasta la vía láctea se puede ver. Sin embargo, en equipo decidimos desplazarnos dos horas más al norte para dormir en Page, Arizona y así llegar temprano al día siguiente a unos puntos que queríamos conocer: horseshoe bend y lake Powell.
Salimos a las 7:00 a. m. al primer punto que sería el Horseshoe Bend, desde la entrada hasta el punto final son aproximadamente 20 minutos caminando. Una caminata tranquila, básica y plana, cualquier persona puede hacerla. Estuvimos ahí más o menos una hora. Importante que llegues temprano porque también se llena muchísimo. Luego, muy cerca está Lake Powell donde puedes meterte en el agua si es verano, alquilar un kayak o un paseo en bote. El lugar es precioso y da una calma increíble. Ahí nos quedamos casi dos horas, unos contemplando el paisaje, otros en el agua, y otros dejando listo el almuerzo para comer y salir al tercer punto que conoceríamos ese día.
Un poco más de una hora en el RV y llegamos a Coral Pink, unas dunas de arena brutales. Aquí puedes caminar, hacer sandboard, alquilar cuatrimoto o un carro donde te llevan a toda velocidad entre las dunas. La caminata hacia las dunas no es más de 15 minutos y también es tranquila. Aquí estuvimos casi dos horas viendo el paisaje y los carros pasar a toda velocidad entre las dunas.
Nos dirigimos un poco más al norte para dormir en un campamento a unos pocos minutos del parque nacional del cañón Bryce. A pesar de su nombre, el cañón Bryce no es propiamente un cañón sino un gran anfiteatro natural formado por la erosión. Bryce destaca por sus estructuras geológicas únicas, llamadas chimenea de hadas, que se formaron por la erosión causada por el viento, agua y hielo. El juego de colores de las rocas, rojo, naranja y blanco recrean vistas espectaculares.
Para este parque también es importante llegar temprano. Tiene más de 8 miradores y 13 caminatas de diferentes niveles de exigencia. Hay una de 1 hora 30 minutos que es la más conocida y caminas literalmente entre cañones de piedra enormes a tu alrededor, tantos las fotos como la experiencia es increíble, te la recomiendo. Aquí estuvimos aproximadamente 4 horas. Conociendo, caminando, tomando fotos. Salimos al mediodía porque queríamos conocer un lugar al norte de Utah y la manejada eran casi cinco horas así que debíamos apurarnos.
Llegamos justo en el atardecer al Salar Bonneville, es considerado epicentro mundial de los adictos a la velocidad. Lo que fuera un enorme lago hace millones de años es hoy uno de los lugares de extracción de sal más importantes del mundo y la pista de carreras más famosa del planeta. En este desierto, al noreste del estado de Utah, en EEUU, parece que la tierra se extienda hasta el infinito. En una parte de esos 412 kilómetros cuadrados, miles de bólidos cruzan la gruesa capa de sal del desierto a casi 1.000 kilómetros por hora, y compiten en las llamadas Speedways.
Yo solo me imaginaba una cena romántica en ese lugar y sería muy top. Si estás pensando en pedir matrimonio también me parece un lugar increíble. Estaba solo, el clima es delicioso y además, estaba rodeado de montañas que parecían pintadas en un cuadro.
El equipo de viaje no conforme con haber venido al atardecer, decidimos volver para el amanecer. Ahí desayunamos e hicimos unas tomas de drone increíbles. Aproximadamente a las once de la mañana volvimos al volante otras horas más para ya empezar a bajar hacia las Vegas porque ya casi era hora de volver a casa. Sin embargo, decidimos parar antes a dormir en un campamento cerca al “Valle del fuego” un punto turístico cerca de las Vegas. Ya era la última noche así que cocinamos juntos y cenamos. El calor aquí era muy fuerte así que dormimos temprano para salir al día siguiente al valle del fuego y volver pronto a las Vegas.
Nos fuimos en ayunas al valle del fuego. Hicimos una caminata corta de 20 minutos hasta un punto alto para poder apreciar la vista y luego caminamos por toda la carretera, que fue la parte que más me gustó pues estaba todo completamente rodeado de roca naranja erosionada. Luego hicimos juntos el desayuno e hicimos un pequeño picnic de despedida para luego si manejar un poco más de una hora hasta las Vegas.
A mí me dejaron en el aeropuerto pues era la primera en salir de regreso a Colombia. La despedida me generó nostalgia pues más que los hermosos paisajes, me queda la increíble experiencia de haber vivido con cinco desconocidos, que ya no son tan desconocidas por seis días en una casa rodante.
Esta experiencia debería estar en tu bucket list, es un gran aprendizaje mientras conoces paisajes impresionantes
Abrazos de oso